PANELES FOTOVOLTAICOS DE MADERA




En los caseríos de Jaén y Bagua, en el Nor-oriente del Perú, la gente tenía sus pequeños grupos electrógenos para producir electricidad, éstos funcionaban con petróleo o gasolina.
En esa época era la época del terrorismo por lo que los apagones en Lima eran frecuentes y las empresas trajeron a la venta los “inversores”, los cuales son aparatos eléctricos que transforman los 12 voltios de corriente continua CC de las baterías en 220 voltios de Corriente Alterna CA; por lo tanto ya servían para el funcionamiento de los principales artefactos domésticos, como TV, radio, internet, etc.
En esos días también el boom de la energía solar estaba empezando, pero nadie conocía el maravilloso aparato – panel fotovoltaico- que con el Sol producía electricidad sin pagar un centavo y que te dura más de 20 años.
Entonces sucedió que hicieron su aparición ciertos “comerciantes” bien vestidos que iban de caserío en caserío en las zonas de Jaén y Bagua y les cambiaban sus grupos electrógenos (en parte de pago y como primera cuota) por los fabulosos paneles fotovoltaicos con sus inversores. Cuál era el negocio?.
Los “comerciantes” se llevaban los grupos electrógenos y les dejaban el panel fotovoltaico -hecho artesanalmente de madera muy bien trabajado, e incluso con el color azul característicos de esa nueva tecnología- , juntamente con los pequeños y baratos inversores que funcionaban bien hasta que las baterías se gasten, cosa que sucedía rápidamente e incluso eran del propio usuario.
Los “comerciantes” jamás regresaban para cobrar la segunda cuota. Desaparecían rápidamente con los grupos electrógenos incautados como “primera cuota”, dejándoles los “paneles fotovoltaicos de madera” y los inversores de un solo uso.

Meses después llegamos nosotros – como la Universidad Católica con los adelantos de la Tecnología Solar – llevando los verdaderos paneles fotovoltaicos, hechos de silicio y con alta tecnología junto con inversores confiables de tecnología de punta; cuando les ofrecimos esta tecnología, casi nos linchan. También salimos corriendo como los “comerciantes”.

Lugar: Bagua, Jaén
Fecha : 1990 - 1992

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