Vamos a entrar un poco en la política peruana que es tan entrópica (desordenada) pero tan previsible que todos los peruanos sabemos lo que va a pasar al final de los escándalos, por ejemplo sabiamos que a Magaly la sacaban de la cárcel - con Alan o sin Alan- y ya salio, y también sabemos que siempre los más débiles pagan los platos rotos de los más fuertes.
En este caso de lo petroaudios, que lograron poner a León Alegría como el personaje del año 2008, hubo tanto jaleo en la prensa que ahora los grandes acusados, entre ellos ministros, directores, funcionarios y casi el presidente estaban en la danza, esta semana ya estan libres y perdonados hasta por la comisión investigadora del congreso que, como también es lógico en nuestro país, investiga según las coyunturas politicas del momento....todos los peruanos sabemos en nuestro subconsciente que algo así iba a pasar....pero dónde esta el culpable???...vayamos entonces a buscar entre los más pobres o más débiles que no pueden pagarse un abogado de renombre y caro; ahora están ehchando la culpa a los técnicos marineros que saben manejar los equipos de chuponeo y que quizás no saben del asunto político.... y contra ellos (inocentes) caerá todo "el peso de la ley" para que haya justicia en nuestro país.Cómo podemos ser tan ingenuos los peruanos? Y cómo podemos aceptar todo esto sin decir nada ? Todo se desordena y luego se ordena para que los de arriba siempre ganen...por eso diremos ARRIBA PERU ?
PD. A propósito, saco una cita del libro El Laberinto de la Rosa de Titania Hardie que dice en su pág 260: Dante (el de la Divina Comedia como el caso de los petroaudios)colocaba en un lugar especial, una suerte de antesala del infierno, a las personas moralmente débiles, incapaces de alzarse contra la injusticia o de expresar una opinión, las que están dispuestas a negociar con respecto a cosas primordiales. Despreciaba a los indiferentes, los neutrales, los que vivían, según sus palabras, sin pena ni gloria. No merecían el paraíso, pero tenían prohibida la entrada al infierno para evitar que los condenados se sintieran superiores.